lunes, 6 de diciembre de 2010

Novena en honor a la Inmaculada Concepcion: Dia 8

Señor Jesús, Tú que nos dejaste como madre y educadora a tu Santísima Madre, has que Ella nos enseñe a acoger tu palabra, a conservarla y a meditarla en nuestro corazón como lo hizo durante toda su vida. Que nos aliente a decirte “Si” viviendo la obediencia de la fe. Que nos ayude a estar firmes en la fe, constantes en la esperanza, perseverantes en la caridad y siempre dóciles a tu palabra. Amén.


Oración preparatoria para todos los días


Salve, Madre Inmaculada..."El Señor, Dios Altísimo, te ha bendecido más que a todas las mujeres de la tierra" (Jdt 13,18). Y no hay en ti mancha original. "Dios te salve, María, llena de gracia". Un eco suavísimo resuena en el corazón al pronunciar este día las palabras del ángel: "Dios te salve, María. Llena de gracia..." (Lc 1,28). El misterio de la eterna calma y de la eterna virginidad. Pura, intacta, incontaminada. Tus hijos a una cantan tus glorias y se regocijan en la más grande e íntima de tus fiestas. "Dios te salve, María, llena de gracia... Toda hermosa eres, María, y no hay en ti mancha original".


“Toda hermosa eres, María, y no hay en ti mancha...”.Quien fija en ti su mirada, Madre toda Santa, no pierde la serenidad, por duras que sean las pruebas de la vida. Aunque es triste la experiencia del pecado, que desfigura la dignidad de los hijos de Dios, quien recurre a ti, redescubre la belleza de la verdad y del amor, y vuelve a encontrar el camino que lleva a la casa del Padre.


“Llena de gracia” eres tú, María, que al acoger con tu “sí” los proyectos del Creador, nos abriste el camino de la salvación. Enséñanos a pronunciar también nosotros, siguiendo tu ejemplo nuestro “sí” a la voluntad del Señor. Un “sí” que se una a tu “sí” sin reservas y sin sombras, que el Padre quiso necesitar para engendrar al hombre nuevo, Cristo, único Salvador del mundo y de la historia. Amén


OCTAVO DÍA: POR LAS VOCACIONES

Realmente La falta de vocaciones hoy es un problema grande y doloroso de nuestro tiempo: la falta de vocaciones, a causa de la cual hay Iglesias particulares que corren el peligro de secarse, porque falta la Palabra de vida, falta la presencia del sacramento de la Eucaristía y de los demás sacramentos. ¿Qué hacer? …pedir a Dios, llamar a la puerta, al corazón de Dios, para que nos dé vocaciones; pedir con gran insistencia, con gran determinación y también con gran convicción, porque Dios no se cierra a una oración insistente, permanente, confiada. Rezar con humildad e insistencia por las vocaciones, de llamar al corazón de Dios para que nos dé sacerdotes “Roguemos al Dueño de la mies que envíe operarios a su mies y para que los que escuchen la invitación del Señor a seguirlo, después del necesario discernimiento, sepan responderle con generosidad, no confiando en sus propias fuerzas, sino abriéndose a la acción de su gracia”.

Luego, hay que tener la valentía de proponer a los jóvenes la idea de que piensen que Dios los llama, porque con frecuencia una palabra humana es necesaria para abrir la escucha a la vocación divina; hablar con los jóvenes y sobre todo ayudarles a encontrar un contexto vital en el que puedan vivir. En el mundo de hoy casi parece excluido que madure una vocación; los jóvenes necesitan ambientes en los que se viva la fe, en los que se muestre la belleza de la fe, en los que se vea que este es un modelo de vida, «el» modelo de vida y, por tanto, deben encontrar movimientos, parroquias u otros contextos donde realmente estén rodeados de fe, de amor a Dios, y así puedan estar abiertos a fin de que la vocación de Dios llegue y los ayude.

Encomendemos a la Virgen santísima todas las vocaciones, particularmente las vocaciones a la vida religiosa y sacerdotal. Que María suscite en cada uno el deseo de pronunciar su propio "sí" al Señor con alegría y entrega plena. “Que la Virgen María, Madre de la Iglesia, custodie hasta el más pequeño germen de vocación en el corazón de quienes el Señor llama a seguirle más de cerca, hasta que se convierta en árbol frondoso, colmado de frutos para bien de la Iglesia y de toda la humanidad” (S.S Benedicto XVI, en la clausura del año sacerdotal y la jornada mundial de las vocaciones)

“Ruega por Nosotros Pecadores”, Virgen Inmaculada, dirige tu mirada de confianza hacia tus hijos y suscita en sus corazones, al modelo de tu “sí”, un si generoso de entrega al servicio de Dios y de su Reino. Amén

Padrenuestro, tres Avemarías y Gloria.


Dios todopoderoso y eterno, por intercesión de la Inmaculada Virgen María, Madre de tu Hijo, concédenos, te rogamos; escuches nuestra oración y alcancemos la gracia de la salvación eterna. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén

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